1. La idea de hoy comienza a describir las condiciones que prevalecen en la otra manera de ver. La paz mental es claramente una cuestión interna. Tiene que empezar con tus propios pensamientos, y luego extenderse hacia afuera. Es de tu paz mental de donde nace una percepción pacifica del mundo.
2. Para los ejercicios de hoy se requieren tres sesiones de práctica largas. Se aconseja que lleves a cabo una por la mañana y otra por la noche, con una tercera adicional a intercalarse entremedias en el momento que parezca más conducente a ello. Todas las sesiones deben hacerse con los ojos cerrados. Es a tu mundo interno al que deben dirigirse las aplicaciones de la idea de hoy.
3. Para cada una de estas sesiones largas se requieren alrededor de cinco minutos de búsqueda mental. Escudriña tu mente en busca de pensamientos de temor, situaciones que provoquen ansiedad, personas o acontecimientos "ofensivos", o cualquier otra cosa sobre la que estés abrigando pensamientos no amorosos. A medida que cada uno de estos pensamientos surja en tu mente, obsérvalo relajadamente, repitiendo la idea de hoy muy despacio, y luego haz lo mismo con el siguiente.
4. Si comienza a resultarte difícil pensar en temas específicos, continúa repitiendo la idea para tus adentros sin prisas y sin aplicarla a nada en particular. Asegúrate, no obstante, de no excluir nada específicamente.
5. Las aplicaciones cortas deben ser frecuentes, y hacerse siempre que sientas que de alguna forma tu paz mental se está viendo amenazada. EI propósito de esto es protegerte de la tentación a lo largo del día. Si se presentase alguna forma específica de tentación en tu conciencia, el ejercicio deberá hacerse de esta forma:
Podría ver paz en esta situación en lugar de lo que ahora veo en ella.
6. Si los ataques a tu paz mental se manifiestan en forma de emociones adversas más generalizadas, tales como depresión, ansiedad o preocupación, usa la idea en su forma original. Si ves que necesitas aplicar la idea de hoy más de una vez para que te ayude a cambiar de parecer con respecto a alguna situación determinada, trata de dedicar varios minutos a repetirla hasta que sientas una sensación de alivio. Te ayudará si te dices a ti mismo lo siguiente:
Puedo sustituir mis sentimientos de depresión, ansiedad o preocupación [o mis pensamientos acerca de esta situación, persona o acontecimiento] por paz.
Propósito: Empezar a sentirla paz que caracteriza a la verdadera visión.
Respuesta a la tentación: Hoy no dejes de observar tu mente en busca de disgustos. Cuando notes uno, aplícale la idea.
Observaciones: Las frases finales de esta lección tratan un punto muy importante, y que es útil recordar a lo largo del Libro de Ejercicios y después. Repetir la idea sólo una vez puede que no cure tu disgusto. Tu disgusto puede desaparecer sólo después de que hayas pasado varios minutos repitiendo la idea. Repetir la misma línea una y otra vez puede sonar a una especie de lavado de cerebro, en el que martilleas tu mente con obediencia. Sin embargo, yo encuentro que este ejercicio no adormece mi mente sino que la ilumina. Si mis sentimientos son muy fuertes, las primeras repeticiones de la idea pueden simplemente rebotar. Pero si sigo con ella, cada repetición permite que la verdad penetre un poco más hondo en mi mente hasta que finalmente vea la situación de manera completamente diferente. Por lo tanto, te animo a que de verdad intentes esta forma de práctica durante más tiempo.
El pensamiento más útil que he oído en relación con esta lección es: ‘Fíjate en que dice: “Podría ver paz”, y no ‘debería ver paz’”. Es facilísimo utilizar esta lección como otra razón para la culpa. “¡Qué malvado soy! Debería ver paz, pero en lugar de ello veo este fastidio. ¿Qué me pasa?”. No es así como se pide que practiques esta lección.
El primer párrafo contiene un resumen maravilloso del sistema de pensamiento del Curso sobre la paz:
“La paz mental es claramente una cuestión interna. Tiene que empezar con tus propios pensamientos, y luego extenderse hacia fuera. Es de tu paz mental de donde nace una percepción pacífica del mundo”.
La paz es la motivación para hacer el Curso (T.24.In.1:1). Nuestro objetivo es lo que en una parte posterior del Libro de Ejercicios se llama “una mente en paz consigo misma” (L.p.II.8.3:4). La paz tiene que empezar con nuestros pensamientos y extenderse hacia fuera desde nuestra mente. La mente es el centro de atención del Curso.
Podemos sustituir nuestros sentimientos negativos y nuestros pensamientos no amorosos por paz. Tenemos ese poder. Podemos elegir paz si queremos paz. Fíjate en que las instrucciones de la práctica para aplicar la lección a “emociones adversas” sugieren que apliquemos la idea “hasta que sientas alguna sensación de alivio”. Se pretende que esta práctica tenga efectos que puedan sentirse.
A veces incluso en situaciones extremadamente molestas, he descubierto que repetir estas palabras: “Podría ver paz en lugar de esto” tiene un efecto totalmente calmante sobre mi mente, aunque en ese mismo momento yo no pueda ver paz. De un modo muy sutil, ayuda a convencer a mi mente de que las cosas horribles que estoy viendo no son tan sólidas como una roca, no son la realidad inmutable. Estoy viendo otra cosa que no es paz, pero si realmente pudiese ver paz en lugar de eso, entonces lo que estoy viendo no debe ser tan real como yo pienso, y debe haber algo más que yo no estoy viendo. Incluso ese nivel de alivio se merece el tiempo que requiere la práctica.
Solía creer que cuando sucedían situaciones molestas, tenía que arreglar la situación y cambiar cosas a mi alrededor para estar en paz. Con la práctica de esta lección, he aprendido que puedo responder a cualquier situación mucho más eficazmente si antes mi mente está en paz. He descubierto que puedo traer paz a mi mente aunque no haya “solucionado” los problemas. Verdaderamente es posible ver paz en lugar de cualquier cosa que parezca estar disgustándome. Y cuando lo hago, cuando traigo paz a mi mente, si se necesita una respuesta, actúo con calma y sin miedo. El pánico no conduce nunca a una acción provechosa; es mejor buscar primero la paz y luego actuar.
Tu tarea no es ir en busca del amor, sino simplemente buscar y encontrar todas las barreras dentro de ti que has levantado contra él. No es necesario que busques lo que es verdad, pero sí es necesario que busques todo lo que es falso. Toda ilusión es una ilusión de miedo, sea cual fuere la forma en que se manifieste. Y el intento de escapar de una ilusión refugiándote en otra no puede sino fracasar. Si buscas amor fuera de ti, puedes estar seguro de que estás percibiendo odio dentro de ti y de que ello te da miedo. Pero la paz nunca procederá de la ilusión de amor, sino sólo de la realidad de éste.(T-16.IV.6:1-2).
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