Éstas son las ideas a repasar hoy:
1. Dios va conmigo dondequiera que yo voy.
¿Cómo puedo estar solo cuando Dios está siempre conmigo? ¿Cómo puedo dudar o sentirme inseguro cuando en Él mora la perfecta certeza? ¿Cómo puede haber algo que me pueda perturbar cuando Él mora en mí en paz absoluta? ¿Cómo puedo sufrir cuando el amor y la dicha me rodean por mediación Suya? No he de abrigar ninguna ilusión con respecto a mí mismo. Soy perfecto porque Dios va conmigo dondequiera que yo voy.
2. Dios es mi fortaleza. La visión es Su regalo.
Hoy no recurriré a mis propios ojos para ver. Quiero estar dispuesto a dejar de lado la lamentable ilusión de que puedo ver, e intercambiarla por la visión que Dios me da. La visión de Cristo es Su regalo y Él me lo ha dado. Hoy me valdré de este regalo de tal forma que este día me ayude a comprender la eternidad.
3. Dios es mi Fuente. No puedo ver separado de Él.
Puedo ver lo que Dios quiere que vea. No puedo ver nada más. Más allá de Su Voluntad sólo hay ilusiones. Son éstas las que elijo cuando pienso que puedo ver separado de Él. Son éstas las que elijo cuando trato de ver con los ojos del cuerpo. No obstante, se me ha dado la visión de Cristo para reemplazarlos. A través de esta visión es como elijo ver.
4. Dios es la luz en la que veo.
No puedo ver en la oscuridad. Dios es la única luz. Por lo tanto, si he de ver, tiene que ser por medio de Él. He tratado de definir lo que es ver y me he equivocado. Ahora se me concede poder entender que Dios es la luz en la que veo. Le daré la bienvenida a la visión y al mundo feliz que me mostrará.
5. Dios es la Mente con la que pienso.
No tengo pensamientos que no comparta con Dios. No tengo pensamientos aparte de los Suyos porque no tengo otra mente que la Suya. Puesto que soy parte de Su Mente mis pensamientos son Suyos, y Sus Pensamientos son míos.
Está claro que la mayor intensidad de estas cinco ideas está en Dios, cada pensamiento empieza con esta palabra. Dios está siempre conmigo. Él es mi fortaleza, mi Fuente, mi Luz, y la Mente con la que pienso. Como dice la Biblia: “Él no está lejos de cada uno de nosotros, pues en Él vivimos, y nos movemos y existimos (Hechos de los A.17:27-28). Cuando reconozco que el ambiente en el que existo, la energía misma que forma mi vida, es Dios, la paz viene a mi mente. ¿Cómo podría estar separado del Infinito? El Hijo de Dios “no se puede separar de lo que está en él” (T.13.XI.10:2), ni de Aquello en Lo que él está.
La siguiente cosa que me doy cuenta que se le da importancia es a mi manera de ver. “La visión de Cristo es Su regalo… Hoy me valdré de este regalo”. “Puedo ver lo que Dios quiere que vea. No puedo ver nada más”. “No puedo ver en la obscuridad. Dios es la única luz”. Cualquier aparente forma de ver separada de Dios no puede ser real. La Voluntad de Dios determina lo que puede verse, y Dios es la luz con la que veo. ¡Que me alegre de ver lo que Él me muestra, que yo vea tal como Él quiere que vea!
De principio a fin, la lección pone de relieve mi unidad con Dios. Si soy uno con Dios y con toda la creación, ¿Cómo puedo ver diferente de Él? Por lo tanto, creer que puedo, es negar lo que soy y desear estar separado de Dios, capaz de ver lo que Él no ve. Compartir Su visión y Sus pensamientos es afirmar mi verdadero Ser, tal como Él me creó.
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