sábado, 20 de enero de 2024

Lección 21 “Estoy decidido a ver las cosas de otra manera”





Esta lección es una consecuencia directa de la anterior. Es interesante notar que Jesús habla específicamente acerca de la ira en esta lección, aunque no se refleja en el título en absoluto. Ilustra la idea de que no hay jerarquía de ilusiones al hacernos comprender que la ira consiste en una amplia gama de pensamientos. Comenzamos con las instrucciones específicas, que generalmente vienen al final de la lección:

1. La idea de hoy es obviamente una continuación y ampliación de la anterior. Esta vez, sin embargo, además de aplicar la idea a cualquier situación concreta que pueda surgir, son necesarios también períodos específicos de búsqueda mental. Se te exhorta a que lleves a cabo cinco sesiones de práctica de un minuto completo cada una.

2. Inicia las sesiones de práctica repitiendo la idea en tu interior. Luego cierra los ojos y busca con minuciosidad en tu mente aquellas situaciones pasadas, presentes o previstas que susciten ira en ti.

Esta es la búsqueda mental que habíamos discutido antes, y ahora Jesús quiere que nos enfoquemos específicamente en nuestro enojo. El problema es que no podemos estar decididos a ver las cosas de manera diferente al mismo tiempo que nos enfadamos, porque nuestro enojo dice: "Estoy decididos a ver las cosas de la manera en que siempre las he visto. Mi percepción es correcta, la de Jesús está equivocada, y voy a ir a mi muerte para probarlo". Jesús nos está ayudando a darnos cuenta de que antes de que podamos decir "Estoy decidido a ver de otra manera", tenemos que entender nuestros pensamientos, por lo que nos pide que nos pongamos en contacto con ellos. En otras palabras, la visión sólo puede venir al deshacer nuestros pensamientos de ira, o al corregir nuestra decisión equivocada por el ego. Decir no al ego es la manera de aprender a ver.

La ira puede manifestarse en cualquier clase de reacción, desde una ligera irritación hasta la furia más desenfrenada. 4El grado de intensidad de la emoción experimentada es irrelevante. 5Te irás dando cuenta cada vez más de que una leve punzada de molestia no es otra cosa que un velo que cubre una intensa furia.

Esta última línea es la que mencioné antes en la Lección 16, una de las líneas más famosas de UCDM. Es tan importante, de hecho, que Jesús virtualmente lo repite en el manual para maestros (M-17.4:5). Todo es igual. Las formas varían, pero su contenido sigue siendo el mismo, como se explica claramente en esta lección. Declaraciones como estas ilustran lo radical que es este curso. A todos los efectos, invalida todas nuestras experiencias y creencias.

3. Trata, por lo tanto, durante las sesiones de práctica, de no dejar escapar aquellos pensamientos de ira que consideras "insignificantes". Recuerda que no reconoces realmente qué es lo que sus-cita ira en ti, y nada de lo que puedas creer al respecto tiene significado alguno.

Pensamos que lo que despierta la ira en nosotros es lo que la gente hace o deja de hacer, pero lo que realmente despierta nuestra ira es la necesidad de proyectar la responsabilidad de la separación:

La ira siempre involucra la proyección de la separación, la cual debe ser aceptada como una responsabilidad propia, en vez de ser culpada a otros (T-6.in.1:2).

Este hecho es lo que no queremos reconocer. Tenemos que proclamar: "No soy culpable del pecado de asesinar a Dios y de traicionar Su Amor. Alguien más lo está." Cuando lo veo ahí fuera -porque lo puse ahí- creo que estoy justificado para enfadarme; un truco limpio, en el que todos somos bastante expertos. No importa si estoy enfurecido o ligeramente molesto. De cualquier manera estoy diciendo que mi bienestar depende de algo o de alguien externo. En la ausencia de ese objeto especial me molestaré, y no será mi culpa.

Probablemente te sentirás tentado de emplear más tiempo en ciertas situaciones o personas que en otras, sobre la base falsa de que son más "obvias" Esto no es cierto. Es meramente un ejemplo de la creencia de que ciertas formas de ataque están más justificadas que otras.

Por primera vez vemos un ejemplo específico del principio de que no hay jerarquía de ilusiones. Jesús usa la ira como ejemplo porque es tan central en el sistema de pensamiento del ego. Todos andan enojados, porque todos andan culpables por la separación y no quieren aceptar la responsabilidad por ella. Así que de nuevo, antes de que podamos estar determinados a ver las cosas de manera diferente, tenemos que reconocer y entender la interferencia de ver las cosas de manera diferente: hay algo ahí fuera -ya sea en nuestro propio cuerpo o en el de otro- que nos causa dolor que no es obra nuestra. En otras palabras, nuestros pensamientos no tienen poder, y por lo tanto no pueden causarnos angustia. Alguien más ha causado este malestar, o alguna enfermedad o circunstancia. Somos inocentes, víctimas indefensas de fuerzas que escapan a nuestro control.
El resto de la lección repite las instrucciones que hemos visto antes.

4. Al escudriñar tu mente en busca de todas las formas en que se presentan los pensamientos de ataque, mantén cada uno de ellos presente mientras te dices a ti mismo:

Estoy decidido a ver a _____ (nombre de la persona] de otra manera.
Estoy decidido a ver _____ [especifica la situación] de otra manera.

5. Trata de ser tan específico como te sea posible. Puede, por ejemplo, que concentres tu ira en una característica determinada de alguna persona en particular, creyendo que la ira se limita a ese aspecto. Si tu percepción sufre de esa forma de distorsión, di:

Estoy decidido a ver [precisa la característica] de [nombre de la persona] de otra manera.

"Trata de ser lo más específico posible" es la clave aquí. Nuestra tentación será a menudo pasar por alto las formas específicas de malestar de nuestra vida, tratando inconscientemente de negarlas como medio de negar su fuente. Así nuestro ego nos atraparía dos veces: primero enseñándonos a negar nuestra culpabilidad, y luego a negar su defensa específica de la ira. Este es el doble escudo del olvido que Jesús describe en la Lección 136.

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