miércoles, 1 de mayo de 2024

Lección 123 "Gracias Padre por los regalos que me has concedido."

 




1. Sintámonos agradecidos hoy. Hemos llegado a sendas más llevaderas y a caminos más despejados. Ya no nos asalta el pensamiento de volver atrás, ni resistimos implacablemente a la verdad. Aún hay cierta vacilación, algunas objeciones menores y cierta indecisión, pero puedes sentirte agradecido por tus logros, los cuales son mucho más grandes de lo que te imaginas.

2. Dedicar ahora un día a sentirte agradecido te aportará el beneficio adicional de poder tener un atisbo de lo grande que ha sido tu progreso y de los regalos que has recibido. Alégrate hoy, con amoroso agradecimiento, de que tu Padre no te haya abandonado a tu suerte, ni de que te haya dejado solo vagando en las tinieblas. Agradece que te haya salvado del ser que creíste haber hecho para que ocupara Su lugar y el de Su creación. Dale gracias hoy.

3. Da gracias de que Él no te haya abandonado, y de que Su Amor ha de refulgir por siempre sobre ti, eternamente inmutable. Da gracias asimismo por tu inmutabilidad, pues el Hijo que Él ama es tan inmutable como Él Mismo. Agradece que se te haya salvado. Alégrate de tener una función que desempeñar en la salvación. Siéntete agradecido de que tu valía exceda con mucho los míseros regalos que le diste a quien Dios creó como Su Hijo y de que excede también los mezquinos juicios que emitiste en contra suya.

4. Elevaremos hoy nuestros corazones llenos de agradecimiento por encima de la desesperanza, y alzaremos nuestros ojos agradecidos, que ya no mirarán al suelo. Hoy entonaremos el himno de gratitud, en honor al Ser que Dios ha dispuesto que sea nuestra verdadera Identidad en Él. Hoy le sonreiremos a todo aquel que veamos y marcharemos con paso ligero según seguimos adelante a llevar a cabo nuestro cometido.

5. No caminamos solos. Y damos gracias de que a nuestra soledad haya venido un Amigo a traernos la Palabra salvadora de Dios. Gracias a ti por escucharlo. Su Palabra es muda si no se la oye. Al darle las gracias a Él se te dan a ti también. Un mensaje que no se haya oído no puede salvar al mundo, por muy poderosa que sea la Voz que lo comunique o por muy amoroso que sea el mensaje.

6. Gracias a ti que has oído, pues así te vuelves el mensajero que lleva la Voz de Él consigo y que la deja resonar por todo el mundo. Acepta hoy las gracias que Dios te da, al darle tú las gracias a Él. Pues Él quiere ofrecerte las gracias que tú le das, puesto que acepta tus regalos lleno de amorosa gratitud y te los devuelve multiplicados miles y cientos de miles de veces más. Él bendecirá tus regalos compartiéndolos contigo. Y así, el poder y fortaleza de éstos crecerán hasta llenar el mundo de gozo y gratitud.

7. Acepta las gracias que Él te da y dale las tuyas durante quince minutos en dos ocasiones hoy. Y comprenderás a Quién le das las gracias, y a Quién le da Él las gracias según tú se las das a Él. Esta santa media hora que le dediques te será devuelta a razón de años por cada segundo; y debido a las gracias que le das, tendrá el poder de brindarle la salvación al mundo miles y miles de años más pronto.

8. Acepta las gracias que Él te da, y comprenderás con cuánto amor te conserva en Su Mente, cuán profundo e infinito es el cuidado que te prodiga y cuán perfecta es Su gratitud hacia ti. Acuérdate de pensar en Él cada hora y de darle las gracias por todo lo que Él le ha dado a Su Hijo para que éste pueda elevarse por encima del mundo, y recordar a su Padre y a su Ser.



Recordar a Dios es recordar quiénes somos como parte de Él. Como uno con Él, nuestra existencia individual no significa nada. De hecho, no es nada, sólo un producto de nuestras imaginaciones engañosas.
Esta lección, entonces, expresa la corrección, nacida del pensamiento de que debe haber otra manera de mirarme a mí mismo, por no hablar de mirar al mundo. Reconozco que mi individualidad no me ha hecho feliz, ni mi búsqueda de lo especial me ha traído la paz, el amor y la alegría que quiero. En otras palabras, estamos agradecidos por estar equivocados y que Dios esté en lo correcto.
Jesús no quiere nuestra culpabilidad, sino nuestra comprensión de que estos pensamientos no nos hacen felices.
En otras palabras, no podemos entender, apreciar o evaluar nuestro progreso en el camino espiritual. Puesto que estamos abrumados por la fuerza del ego, pensamos que no hay manera de ir más allá, y por eso pensamos que lo poco que ya hemos hecho no es mucho en absoluto. Jesús nos está diciendo aquí que hemos hecho mucho más de lo que nos damos cuenta. Puede que no hayamos llegado a la cima de la escalera, pero a fuerza de nuestro compromiso con él y de nuestra seriedad para tener éxito en aprender sus lecciones, hemos ganado mucho. Estas ganancias provienen de mi seriedad al regresar a casa y de mi estudio y práctica del Curso. 
La gratitud es imposible mientras creamos que estamos aquí. Estamos agradecidos sólo cuando nos des-invertimos de nuestra identidad individual y especial. En otras palabras, damos gracias de que Dios tiene razón y nosotros estamos equivocados. Este es el significado de la humildad, la condición previa para la gratitud que se produce al cumplir nuestra función de perdón.

















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